La guerra por el mercado de los edulcorantes

Un negocio que parecía justo para ambos países si no fuera porque en Estados Unidos los productores de azúcar de caña -que no siempre están ligados a los fabricantes de alta fructosa de maíz- también buscan defender su cuota de mercado y ahora argumentan que el daño en sus mercados al importar el edulcorante mexicano en diversos sectores asciende a mil millones de dólares.
21 Abril, 2014 Actualizado el 25 de Abril, a las 19:44
La posibilidad de cogeneración de energía eléctrica a partir de los procesos de molienda podría abrir el interés de inversionistas en E.U.
La posibilidad de cogeneración de energía eléctrica a partir de los procesos de molienda podría abrir el interés de inversionistas en E.U.
Arena Pública

Las proyecciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) a febrero de 2014 dicen que durante los próximos años la producción de azúcar mexicana aumentará.

Dos elementos son claves para lograr este objetivo: el apoyo vía subsidios a este sector y la propiedad estatal de varios de los principales ingenios que operan en esta industria.

Con la nómina y apoyos parcialmente garantizados, los ingenios que se dedican a la molienda de caña de azúcar en México podrían seguir exportando, aunque con sus limitaciones, porque el Tratado de Libre Comercio en América del Norte (TLCAN) para este sector establece una gran cantidad de candados para que no se exceda la cuota de exportación. No obstante, el comercio de edulcorantes entre ambos países no podía estar más integrado.

Entre 2009 y 2013, según datos del USDA, las importaciones de azúcar mexicana en Estados Unidos llegaron a 1.3 millones de toneladas. En compensación, las exportaciones de alta fructosa de maíz fabricada en Estados Unidos, durante el mismo periodo, acumularon 993 mil toneladas.

Por ello, para USDA y los propietarios de ingenios en Estados Unidos, la noticia de que el gobierno de Enrique Peña Nieto cumpliría la promesa de privatizar los ingenios que administra representaba una oportunidad para equilibrar la balanza. El Departamento de Agricultura de Estados Unidos ha seguido muy de cerca el proceso que podría interesar a inversionistas de su país.

Son nueve los ingenios que están en la mira de los jugadores en este sector que ha cambiado sus variables con el nuevo impuesto para bebidas con alto contenido calórico. Aunque históricamente la participación en ingenios ha estado ligada con la industria embotelladora, la posibilidad de cogeneración de energía eléctrica a partir de los procesos de molienda podría abrir el interés de nuevos participantes.

Todas estas variables se analizan mientras, paradójicamente, aumenta en México el consumo de alta fructosa de maíz que se fabrica a partir de maíz amarillo de alta calidad y buenos precios. No es gratuito que los analistas del USDA se pregunten cuál será la participación de mercado que podrá alcanzar la alta fructosa de maíz en México y qué tan compatibles y rentables resultan las políticas de apoyos que se aplican en ambos países.

MÁS INFORMACIÓN: La operación cicatriz de los azucareros del país.