La Sedena también se interesa por aviones de Mexicana

Fue en diciembre de 2010 cuando en medio de la crisis de la aerolínea Mexicana de Aviación, Nacional Financiera, bajo la responsabilidad entonces de Héctor Rangel Domene, se sentía a salvo al recuperar las garantías involucradas en los créditos autorizados a Gastón Azcárraga para “salvar”-se dijo en ese momento- a la compañía.
11 Marzo, 2014 Actualizado el 11 de Marzo, a las 09:24
La Sedena tendría que llegar a un acuerdo con Nacional Financiera.
La Sedena tendría que llegar a un acuerdo con Nacional Financiera.
Arena Pública

Nueve aviones se entregaron a Nafin. Las aeronaves tipo Airbus formaban parte de la flota que llegó a considerarse la aerolínea más importante de América Latina. De esta forma, el banco de desarrollo parecía colocarse por encima de otros acreedores que no tenían garantías. Un caso parecido al del Grupo Financiero Banorte, que preside Guillermo Ortiz, y que, a través de varias estrategias legales, logró recuperar 200 millones de pesos de los cobros de tarjetas de crédito por concepto de pago de boletos.

La mala noticia fue que Banorte tuvo que conformarse con esa recuperación y sigue en espera de que los trabajadores de la aerolínea acepten el convenio de capitalización de pasivos para integrar mil 300 millones de pesos más al acuerdo.

Mientras tanto las garantías de Nafin simplemente pierden valor en los hangares del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Prácticamente se están convirtiendo en chatarra y la garantía se ha transformado en un costo para la institución financiera, hoy bajo la responsabilidad de Jacques Rogozinski.

Los trabajadores de tierra de Mexicana, representados por Miguel Ángel Yúdico, no pierden la esperanza de que con esos aviones -de ganar varios juicios más, entre ellos la demanda de patrón sustituto- pudieran alcanzar el objetivo de que Mexicana vuele otra vez. Un sueño laboral que cada día se ve más lejos no sólo por los obstáculos legales sino porque, para empezar, las deudas son muchas.

Nafin, en primer lugar, tendría que liberar las garantías que ya se entrelazan con los fideicomisos que representa Bancomext; después, los seguros para que esas aeronaves -ya obsoletas- puedan volver a volar se calculan en al menos 50 millones de pesos. Entonces sí, los trabajadores necesitarían de un socio muy serio que aportara ese capital de trabajo.

La noticia en torno a este capítulo es que, a pesar del deterioro que enfrentan estas aeronaves, resulta que ya se han presentado compradores. Anote usted, por ejemplo, a empresas aéreas de origen iraní, a una más de Afganistán, que se han manifestado por la adquisición de estas unidades de vuelo.

También la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), que encabeza Salvador Cienfuegos, no ve con malos ojos esos aviones tipo Airbus que alguna vez formaron parte de la flota de más de 130 aparatos de Mexicana de Aviación. La Sedena tendría que llegar a un acuerdo con el banco de desarrollo, pero -claro- entre entidades del gobierno las pláticas avanzarían más rápido. ¡Ya veremos!

 

MÁS INFORMACIÓN: MRO de Mexicana, la última pieza en la quiebra, nota de Arena Pública de marzo 5 de 2013.